martes, 29 de septiembre de 2015

Queen en Córdoba: la corona a buen resguardo

¡Histórica presentación! Con los miembros originales Brian May y Roger Taylor más Adam Lambert, 5000 personas celebraron con uno de los mejores recitales de todos los tiempos en esta ciudad.

RECITALES 

Por Néstor Pousa

Podría asegurarse que Brian May y Roger Taylor resolvieron acertadamente la continuidad de Queen tras la pérdida de su miembro insignia Freddie Mercury. Está claro que como él no hubo, ni habrá otro, pero a juzgar por la performance que pudimos chequear en vivo el pasado domingo 27 de septiembre en Orfeo Superdomo, Adam Lambert es el indicado para ocupar (jamás podría hablarse de reemplazar) el lugar que dejó vacante el insuperable frontman
En los últimos tiempos ya nos hemos acostumbrado a ver bandas iconos del rock con sensibles bajas en su personal. Deep Purple sin Blackmore, Yes sin Anderson, ni Wakeman, Zeppelin sin John Bonham, Roger Hodgson sin Supertramp; hasta Les Luthiers perdió a Rabinovich. Pero Queen sin Mercury, ¿no sería demasiado?
Llegó el día del concierto y una vez instalados en el estadio, sólo con observar la estructura que se había montado sobre el escenario nos arrojaba indicios de que estábamos a punto de ver un espectáculo superlativo, digno de aquellos a los que nos acostumbró el Queen en su etapa de gloria. El gran telón que pendía del techo simulaba un enrejado que custodiaba celosamente lo que había detrás. Una larga pasarela intervenía la pista, finalizando en una plataforma circular de la que oportunamente emergerían un sofá, un guitarrón acústico, una banqueta y un set completo de batería. El comienzo se demoraba en relación a la hora pactada (20.30), circunstancia que no hacía más que acrecentar la expectativa, porque estábamos a punto de ser testigos directos de la primera presentación de Queen en Córdoba, un privilegio que años atrás ni siquiera hubiéramos imaginado.

Es cierto que el dato de un nuevo cantante inquietaba, pero las dudas desaparecieron definitivamente a las 21.35. A esa hora la enorme transparencia colgante permitió adivinar una silueta de largos cabellos rizados que arremetía con un agudo riff de guitarra, al tiempo que el telón caía y se esfumaba como por arte magia. Fue el primer shock y la certeza de que definitivamente algo grande iba a ocurrir. Allí estaba el 50% de la formación original, los fundadores de la leyenda, Brian May y Roger Taylor; ya sin Freddie Mercury, ni John Deacon, el primero por obvias razones, el segundo por propia decisión. Este Queen modelo 2015 es un sexteto que se completa con un bajista en el lugar de Deacon, un tecladista estable que desobliga al resto de esa función y un percusionista adicional de nombre Rufus Tiger Taylor, hijo de Roger

El comienzo con One visión fue arrebatador y demostró que las canciones de Freddie no podían estar en mejores manos que las de Adam Lambert, que consiguió el milagro de respetar el espíritu original pero imponiendo su propia impronta, una impensada ecuación artística que neutraliza cualquier incómoda comparación. Lambert se mueve con apabullante personalidad y sin complejos a todo lo ancho y largo de la escena. Es tremendamente extrovertido y su imagen magnetiza; sus modos y su vestuario (no menos de cinco cambios por show) rozan ligeramente lo kitsch. Pero atrás de toda esa parafernalia de luces, sonido y efectos bombásticos hay una banda de rock que suena orgánica y poderosa, un cantante con un registro, sustain y afinación notables, al servicio de una lista de clásicos que no se le escapan ni al menos entendido. Another one bites the dust, Fat bottomed girls, Crazy little thing called love y Somebody to love suenan en directo tan contundentes como siempre. Hay un momento en el que Lambert exacerba su histrionismo, es durante la brillante Killer Queen que recostado sobre un sofá como una glamorosa diva (el género es pertinente) entona con exagerada ambigüedad otro de los grandes clásicos de la banda.

Promediando el espectáculo aparecen los momentos solistas. May se dirige al público en un correcto castellano, previo a hacerse cargo de una bella versión de Love of my life, está solo con su guitarra de 12 cuerdas en la inmensidad del espacio, hasta que la gigantesca pantalla oval nos devuelve la imagen de Freddie Mercury entonando la coda de su canción. Ese instante conmueve, pero no suena a artilugio efectista, sino a poner en claro que el cantante sigue vivo en el corazón de la banda.

A su turno Taylor se despacha con un solo de batería y demuestra en vivo que sus dotes como instrumentista exceden lo que funcionalmente aporta a la banda. Luego será el protagonista de otro momento emotivo, mientras el tapiz de imágenes muestra a Queen en su juventud, el ex baby face que hoy luce como un viejo lobo de mar entona These are the days or our lives. Tras estas digresiones emocionales el show retoma su curso más previsible con el enésimo cambio de ropa de Lambert y una nueva seguidilla de hits. Under pressure, I want to break free, Who wants to live forever. Brian demuestra sus incuestionables virtudes de guitarrista eléctrico en un larguísimo y poco convencional solo. El rock and roll estalla con Tie your mother down con el joven Rufus a bordo de la batería principal. Temas como Radio Gaga y I want It all transforman al Superdomo en un majestuoso y gran video clip en vivo con el público como partícipe necesario, mientras la banda prepara un grand finale con Bohemian Rhapsody. Instancia que finalmente resuelven con Freddie otra vez desde las pantallas alternando estrofas con Lambert, quien no se olvidó de agradecer el lugar que le cedieron en la banda. No hubo necesidad de insistir por bises, era de cajón que We will rock you y We are the champions iban a cerrar un evento que confirmó que la corona de Freddie se encuentra a buen resguardo.-

Lugar: Orfeo Superdomo
Fecha: domingo 27/09/15
Asistencia: 5000 personas
Las fotos que ilustran esta nota fueron tomadas por Sebastián Fissore
https://www.facebook.com/SebaFissoreFoto

sábado, 26 de septiembre de 2015

Omar Mollo: arrabal y rocanrol

El cantor presentó por segunda vez en Córdoba “Tangazos”, su exitoso álbum de clásicos con registro en directo; y adelantó “Tangamente” próximo disco de estudio que verá la luz antes de que finalice 2015.

RECITALES

Por Néstor Pousa

Como si fuera Corrientes y Esmeralda, la gente se apretaba en el hall central del antiguo teatro haciendo fila rumbo al encuentro de Omar Mollo. Pero no era Buenos Aires, era la calle San Jerónimo y a mitad de cuadra, en pleno corazón de la capital cordobesa. Según indica su pasaporte, de profesión: Cantante de Tangos, pero Omar más que cantar interpreta, transmite como muy pocos la poesía tanguera, esos textos desgarradores sobre historias fatales capaces de arrancarte el corazón de un sólo zarpazo. Los poetas del tango supieron describir como nadie al hombre urbano y su angustia existencial, hablar de las heridas que no cierran, ni sangran todavía. Y Omar se mete en esas liricas, desarmándolas, para ver que hay adentro, no repite como loro e impostando la voz, te cuenta más que te canta. Y entre una canción y otra, saca relucir sus dotes naturales de showman. Si le apuntás que lo suyo es ángel, dirá que no, que es mostrase natural y tal cual es. Advierte que no le gusta hablar mucho en el escenario, pero espontáneamente va montando un stand-up sin textos preestablecidos, ni guión previo, que termina de redondear el show, siempre respaldado por un verdadero power trío tanguero que integran Diego Ramos (piano y dirección musical), Federico Maiocchi (contrabajo) y Ernesto “Chino” Molina (bandoneón).
Ni siquiera la lista de temas se somete a una estructura rígida y termina de definirse por los pedidos de la gente, a la que en determinado momento Omar les hará optar: “¿Qué prefieren Nada o Siempre París” ...“¿Uno o La última curda?”. Con el show en curso y tras los primeros tres clásicos en la bolsa (María, Tarde y Afiches), le gusta chequear el estado de ánimo de la platea, “¿Vamos bien hasta acá?”, pregunta, y ante la afirmativa prosigue tranquilo.

La función del viernes pasado a la noche en el Teatro Real obraba como segunda presentación en la ciudad de Córdoba de Tangazos, su disco en directo editado en 2014. De ese verdadero documento que resume la primera década de Omar Mollo definitivamente vinculado al Tango, estuvo compuesta primordialmente la inobjetable lista de temas: Melodía de arrabal, Desencuentro, Se tiran conmigo, Los Mareados, Gricel, Naranjo en flor, Que nadie sepa mi sufrir; y ese verdadero himno nacional del tango que es Garúa, con una intro piazzolleana y un notable arreglo que es marca registrada del trío.
Este nuevo encuentro con el público de Córdoba fue propicio además para adelantar el nuevo disco de estudio, sucesor en este formato de Barrio Sur (lanzado en 2012 y uno de sus trabajos más representativos). Sobre el próximo material adelantó varias cosas, que el título será Tangamente; y aunque no lo dijo trascendió que tendrá como invitado de lujo al guitarrista Luis Salinas. Luego anticipó nuevas versiones de la Milonga para Jacinto Chiclana (Piazzolla - Jorge Luis Borges) y Que tango hay que cantar (Rubén Juárez – Cacho Castaña).
Con el público encendido la noche alcanza su mejor forma y el final del concierto se prorroga en temas que se agregan a la lista, los clásicos indudables Malena, Pasional, Rondando tu esquina, se articulan con el repertorio más actual, tal el caso de Rocanrol, un neo-tango del uruguayo Edu “Pitufo” Lombardo; y otro que revela que a Omar todavía el corre sangre rockera, Muchacha ojos de papel (Almendra), con un sugestivo arreglo de inspiración mitad tanguera, mitad folklórica.

Se tomó muy en serio aquello que alguna vez le sugirió de modo imperativo Rubén Juárez. “Ni se te ocurra ponerte traje”, le ordenó el Negro, y tanto caso le hizo que hoy Omar hasta se despegó de la sobriedad que imponían la remera básica y los jeans negros, para aparecer enfundado en un atuendo multicolor, con sus clásicos borceguíes y campera de cuero marrón al tono. De todas maneras los tangueros ortodoxos ya se acostumbraron que a su larga cabellera no hay Glostora que la dome.-

Lugar: Teatro Real (Córdoba)
Fecha: viernes 25/09/15
Asistencia: 500 personas

domingo, 20 de septiembre de 2015

La fórmula del éxito según Nebbia

CRÓNICA DEL SHOW                 

Por Néstor Pousa

Litto Nebbia en la UNC (foto: Glenda Mackinson )
El músico rosarino Litto Nebbia sacó a relucir su chapa de prócer del rock en castellano el jueves de la semana pasada en Córdoba, ante un numeroso público que colmó la Sala de las Américas en la Ciudad Universitaria. Se encuentra de gira y presentando el espectáculo 50 Años de Rock Argentino, una efeméride que le disparó la idea de grabar un álbum doble que tituló 50 nuevas grabaciones 2015. Luego debió ampliar con otro álbum de similares proporciones con los temas pedidos por el público y amigos (Las canciones que faltaban - Vol. 2); y actualmente se encuentra dando los toques finales al que finalizará la serie (Los Bonus Tracks - Vol. 3), y que aparecerá en noviembre.
Pero el show básicamente se concentra en el primero de estos álbumes mencionados, en el que recrea músicas de toda su fecunda trayectoria, desde Los Gatos Salvajes, a Los Gatos, su etapa pre exilio, lo que escribió durante su estadía en México y el posterior regreso al país. Es precisamente desde la aparición del legendario primer y único disco larga duración de Los Gatos Salvajes (el 27 de junio de 1965, según señala la información interna del disco), embrión de Los Gatos, que los historiadores del fenómeno citan como hito fundador del Rock Argentino. No obstante para no agitar polémicas Litto señala que celebra 50 años como compositor, al tiempo que subtitula paralelamente a este trabajo: La música de todos los tiempos.
Hecha esta aclaración convocó a dos viejos compañeros, como son el notable guitarrista cordobés Daniel Homer y el baterista Daniel Colombres; sumó a Leopoldo Deza en teclados (strings & brass), flauta traversa y melódica; a Gustavo Giannini en bajo y a Nica Corley, Tomás Corley y Juanchy Cianfagna (los tres miembros de Los Reyes del Falsete) en voces, accesorios de percusión y guitarra acústica. Con Litto en piano, teclados, órgano, guitarras acústicas, eléctricas y voces, se completa este excepcional octeto, una formación atípica en su carrera, para volver a grabar una larga lista de canciones sin un orden cronológico preestablecido y de aparición aleatoria, con un concepto musical que unifica y ofrece una nueva sonoridad a un repertorio tan extenso como diverso. Sin apelar al lugar común de la antología de grandes éxitos, ni al golpe bajo de la nostalgia, Litto no viene aquí a reclamar ningún bronce, sino a recuperar un catálogo de canciones insuperables que hacía mucho tiempo que no tocaba en vivo o, en algunos casos, nunca lo había hecho. Esto permitió revivir, para muchos escuchar por primera vez en vivo, las joyas que contienen aquellos discos de Los Gatos (1967 a 1970), como: La chica del paraguas, Lágrimas de María, Esperando a Dios, Soy de cualquier lugar; los imbatibles clásicos Ayer nomás y Viento dile a la lluvia; y de la etapa más eléctrica y rockera del quinteto, las emblemáticas Rock de la mujer perdida y Mujer de carbón. Había que ver a un Litto (mocasines sin medias, pantalón de vestir negro y amplia camisa blanca) totalmente encendido y haciéndose cargo del sólo de guitarra eléctrica en este último tema.

50 nuevas grabaciones 2015
Del repertorio acústico recuperó El Bohemio, a dúo con ese gran batero de rock que es el Negro Colombres probándose en el parche de un bombo legüero a la manera del genial Domingo Cura.  Hay canciones unidas en tándems conceptuales. Así, Canción del horizonte, “de estilo vaquera y escrita en México", se vincula con Canción para los inocentes, un folk-rock de 1970 que hasta ahora nunca había grabado, ya que por su letra marchaba directo a la censura.  Inspiradas en la bossa-nova que tanto admira, aparece la trilogía: No hay tiempo que perder / ¿Qué piensas de mí? / Rosemary.  De colaboraciones con otros autores y compositores, la bellísima Si te vas (sobre un texto del poeta salamanquino Juan Mari Montes) y Cuando yo me transforme, el gran clásico junto a los cordobeses Músicos del Centro, una música de Juan Carlos Ingaramo a la que Litto le puso letra.  De sus primeras canciones, escritas cuando contaba apenas 14 años, Harás lo que te pida y La respuesta fueron versionadas a dos guitarras con los aportes de Juanchy Cianfagna (Los Reyes del Falsete); ambas originalmente incluidas en aquel inaugural disco de Los Gatos Salvajes de 1965; igual que En tu corazón, su primera canción estilo mersey beat compuesta a los 15 años.  El último gran binomio que cierra el espectáculo es con La Balsa (sin dudas, el primer gran éxito comercial del Rock Argentino) que confiesa su mayor influencia al ser precedida por La chica de Ipanema. Litto muestra aquí sin complejos cómo entre las capas del hit de Los Gatos subyace la melodía y la armonía creada por Antonio Carlos Jobim.
A lo largo de todo el concierto (y en el disco también, ya que ambos formatos se complementan a la perfección) Litto consiguió darle un nuevo aire a sus más reconocidas composiciones. Tal vez el ejemplo más efectivo sea Yo no permito. El elocuente manifiesto grabado originalmente junto al Cuarteto Zupay adquiere con su relectura un efecto atrapante, mientras la letra nos sigue revelando la fórmula del éxito según Nebbia. “Yo no permito que me impidan seguir... y si lo intento es porque estoy convencido, que para lograr algo hay que insistir”, entona con convencimiento sobre un actualizado groove que suena a Stevie Wonder, pero es Nebbia de Rosario.- 

Lugar: Sala de las Américas (Ciudad Universitaria - Córdoba)
Fecha: jueves 17/09/2015
Asistencia: 1000 personas
Foto en vivo: Glenda Mackinson - SEU

martes, 8 de septiembre de 2015

Litto Nebbia celebra 50 años de Rock Argentino

El Padre del Rock Argentino viene a Córdoba para presentar 3 álbumes en los que repasa su extenso repertorio y celebrar el medio siglo del género. “Lo vivo como un destino”, asegura en esta entrevista. El 17 de septiembre toca en Sala de las Américas con entrada gratis.

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

La primera vez que tuve la oportunidad de entrevistar a Litto Nebbia fue al finalizar un recital en el hoy desguazado Cine Teatro Gran Rex de La Falda. Todavía recuerdo la cara de fastidio de los encargados de sala, impacientes por irse y testigos involuntarios de nuestra despreocupada charla, la que concluyó abruptamente cuando saltó el autostop del grabador avisando que la cinta se había consumido en su totalidad. Esto a Litto no lo inmutó y le disparó otra graciosa anécdota que se encargó de contarnos off the record. El Padre del Rock Argentino, por este indiscutido status, podría darse el lujo de ser un personaje inaccesible, una estrella de rock encerrado en su propia nube. Nada que ver. Litto  es un gran conversador, un tipo bien dispuesto que parece disfrutar de las entrevistas, y eso lo ubica al entrevistador en una situación inmejorable. Por eso cuando le pregunto si habitualmente responde preguntas vía mail, inmediatamente responde: “¡Por supuesto!, infinidad de notas las hago por acá”. Entonces no deja de sorprendernos, porque teniendo en cuenta la intensa actividad que desarrolla, la multiplicidad de proyectos que abarca; tocar, componer, producir, grabar, salir de gira, realizar notas. ¿Cuánto dura un día tuyo, cómo te organizás?   “Todo lo que hago está armonizado dentro del mismo proyecto. Tengo un gran poder de vocación por mi tarea y eso me hace moverme con gusto todo el tiempo. Entonces pareciera que el día dura mucho más que 24 horas”, asegura el rosarino.

   En pocos días tocás en Córdoba con un octeto que ensambla a tu formación actual y a Los Reyes del Falsete, ¿es una novedad en tu carrera tocar con una formación de estas características?   “Siempre es una novedad tocar con cualquiera sea la nueva formación. Siempre te encontrás frente a una nueva química. Siempre conservo mi estilo personal, mis canciones, mi forma; pero soy un músico muy improvisador y de formación grupal, así es que escucho lo que hacen los otros y seguramente me hace tocar de una manera espontánea, distinta, aunque el tema ya lo tengamos ensayado. Esta es una de las cosas más lindas de la música”.

Los Bonus Tracks cerrarán la trilogía
   La fecha es muy significativa, se cumplen nada menos que 50 años de la fundación de Rock en Castellano (considerado desde el lanzamiento del primer LP de Los Gatos Salvajes) y lo celebrás con la edición de dos álbumes dobles con nuevas versiones de canciones de toda tu trayectoria, ¿pero este trabajo ni ahí que fue concebido como una antología definitiva, no?    “Por supuesto que no. Estos 2 álbumes dobles sumados a otro que estoy terminando ahora (Vol.3 - Los Bonus Tracks) son 5 discos con 130 nuevas grabaciones, que muchísimas de ellas fueron pedidas por seguidores en facebook. Tienen la textura musical de cómo sonamos en vivo con el octeto, es una especie de álbum familiar de mi composición, para nada un compilatorio de grandes hits y ese tipo de discos a los que soy medio reacio. Lateralmente llamo a este trabajo: música de todos los tiempos, porque las canciones van apareciendo sin orden cronológico, y se enlazan con viñetas y modulaciones de música de todo el mundo… ideas nuevas y frescas”, detalla. 

   Sos requerido desde todos lados, estás en la tapa de la Rolling Stone de septiembre; esta efeméride tan importante ¿te moviliza de alguna forma especial?    “Bueno, más allá de los 50 años del Rock Argentino, son para mi vida 50 años de escribir canciones, medio siglo de un trabajo apasionado que lo vivo como un destino, con mucha humildad y agradecimiento. Es muy emocionante y difícil poder cumplir 50 años exclusivamente de algo que amas profundamente”.

   Recuerdo en un recital, hace algunos años ya, de cuando te resistías a tocar La balsa, que ante los insistentes pedidos del público contestaste: “La balsa no, voy a tocar la salsa”; hoy recorrés todo tu repertorio a placer, ¿qué fue lo que te hizo repensar aquella postura intransigente?   “Quizá es que estoy más maduro y también satisfecho de tantas aventuras musicales en las que me he metido a través del tiempo. Le encuentro otro valor a las diversas músicas. Si bien puedo escribir hoy día algo bello y complejo armónicamente, y hacerle unos arreglos contrapuntísticos súper refinados; tocás Viento dile a la lluvia y con 3 notitas tiene la sabiduría de una música melódica despretenciosa, eso también vale mucho para mí”, justifica.

   Hay una banda, Los Teen Agers, que desde Córdoba reivindican su condición de iniciadores del Rock en Argentina, su período de actividad fue 1961-1966. Incluso, uno de sus integrantes, Oscar Santa Cruz, en el documental “Radio Roquen Roll” (Martín Carrizo, 2014) cuenta la anécdota que de gira por Rosario, al terminar el show, te compró a vos una guitarra eléctrica.    “No tengo problemas en que cada persona proclame un día en especial como el inicio de algo. Todo es posible, nadie le gana a nadie por ser el primero, salvo en los torneos deportivos, y finalmente los reconocimientos en cualquier profesión llegan por las tareas realizadas. No recuerdo que ese grupo me haya comprado una guitarra… son aquellos de Tus bonitos ojos azules, ¿verdad?”.

   Siempre contaste que, aún con dificultades económicas, tuviste una infancia feliz, padres que te apoyaron hasta el delirio, fundaste un movimiento musical y cultural donde no existía, tenés el reconocimiento de tus pares y seguís componiendo y con plena vigencia; sos el paradigma del tipo que logró realizarse por sus propios medios. Con todo esto, ¿te puedo preguntar si sos feliz?   “Creo que la felicidad se encuentra en algunos momentos de la vida, después todo es lucha, evolución, progreso, pero es cierto que alcanzando algunos objetivos dentro del plano espiritual, uno se siente bastante completo. Me refiero a la completud de la vida. A tener esa sensación de que los esfuerzos por una idea personal no son vanos… es largo de hablar”.

   ¿Qué podés adelantar del recital del 17 de septiembre en Sala de las Américas?   “Van a escuchar más de dos horas de esta nueva banda integrada por gente que toca muy bien y ama la música, y se nota en la escena que están contentos de participar. Tenemos a Daniel Homer en guitarras y Daniel Colombres en batería, que ya han tocado conmigo en otros momentos; al tucumano Leopoldo Deza en flautas y teclado; a Gustavo Giannini, un excelente bajista de General Roca. Y la triada de los más jóvenes, que son Los Reyes del Falsete: Tomás y Nica Corley y Juanchy Cianfagna. Todos divina gente”, concluye.

Bonus Track: biografías. Recibí un ejemplar de El Bohemio va (Ediciones Disconario, 2015), una biografía no convencional, un minucioso trabajo de Miguel Ángel Dente que te entrevistó para la misma, e hiciste aportes (sugeriste el título, por ejemplo). En realidad, cada nota o entrevista que te realizan es como una biografía interminable, ya que siempre agregás algún nuevo detalle o anécdota desconocida sobre tu vida.   “Es verdad, soy muy obsesivo con eso. Lo hago para no repetirme, y no arruinar tampoco el trabajo del periodista. Por ejemplo: imaginate la cantidad de periodistas que me han pedido una reflexión sobre los años ’60, siempre cuento una anécdota distinta. Gracias a Dios tengo muy buena memoria y han pasado tantas cosas, que, ¿cómo repetirte?”.

Litto Nebbia en Córdoba y con entrada gratis. Fecha: jueves 17 de septiembre. Hora: 21.00. Lugar: Sala de las Américas (Pabellón Argentina - Ciudad Universitaria). Retirar previamente las entradas en el mismo lugar.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Un sueño stereo que se terminó

Por Néstor Pousa

Cuando hace exactamente 30 años se publicaba el álbum debut de una banda llamada Soda Stereo debo reconocer que fuimos muchos los que mirábamos con desconfianza el fenómeno. La estética, y canciones como ¿Por qué no puedo ser del jet set? o Sobredosis de T.V. sonaban muy livianitas y parecía que no podían ni siquiera arrancar al lado de las que, publicadas en ese mismo año, aparecían en discos como Piano Bar de Charly García; Madre en años luz de Spinetta Jade; e inclusive en Del ’63, el debut solista del rosarino Fito Páez.  
Hasta el nombre Soda Stereo resultaba algo ridículo para el riguroso rockero medio argentino. No obstante, había algo que nos decía que teníamos que estar muy atentos a esos tres pibes de pelos batidos con litros de spray encima.  No habría que esperar demasiado para corroborar esta presunción, tan sólo un año después cuando la banda publicaba Nada personal, su segundo trabajo, ya se perfilaba una más que interesante evolución en las letras de Cuando pase el temblor -uno de sus grandes hits de todos los tiempos- o Juegos de seducción, que confirmaban que no eran un grupo descartable o un proyecto nada más que para discotecas, y empezaron a ganarse un respeto que se iría consolidando durante toda su carrera sin que se verifique un retroceso.
Si bien los afiches y volantes de la sexta edición del Festival de Rock de La Falda '85 los mostraba entre sus artistas, el debut del trío en este legendario festival recién se materializó un año después, en el verano de 1986, durante lo que se conoció como El Festival del Siglo.  Ocurrió en la noche del sábado 11 de febrero y Soda fue uno de los números sobresalientes de una agenda dominada por la música pop en la noche con record absoluto de asistencia que registra la historia del mítico auditorio municipal faldense. Soda Stereo concretaba su esperada actuación en La Falda en medio de una grilla que en esa misma jornada esperaba las presentaciones de Virus, La Torre, Zas, GIT y Metrópoli, gran parte de la nueva ola del rock vernáculo en plena primavera democrática. Soda alistaba entonces a su histórica formación, con Gustavo Cerati (voz y guitarra), Zeta Bosio (bajo y coros) y Charly Alberti (batería), reforzados con un cuarto integrante, el polifuncional Zorrito Fabián Von Quintiero (teclados). Tenían solamente dos discos en su haber, los ya citados Soda Stereo (1984) y Nada personal (1985); y en esos trabajos se basó la lista de temas para su único concierto faldense, que además fue una de las contadas oportunidades en que el trío se presentó en el interior de la provincia de Córdoba en toda su carrera. Lo de La Falda tuvo una anécdota extra para la historia: Charly García inauguraba ese año su costumbre de venir al festival aun cuando no estuviera contratado y no conformándose con ser un espectador pasivo saltaba al escenario para colarse a tocar teclados en la última canción (Jet Set), ante la mirada atónita de todos presentes, incluyendo al mismísimo Gustavo Cerati. Con este gesto, quien antes les había dedicado la irónica Raros peinados nuevos, ahora los bendecía dándoles la bienvenida al Olimpo del Rock.

Varios años después, y con mucha agua corrida bajo el puente, un 15 de mayo de 2010 se paraban los relojes. Gustavo, luego de un show en Caracas, sufría un accidente cerebro vascular irreversible que lo mantendría en coma profundo durante poco más de cuatro años. Cuatro años en los que estuvimos conteniendo la respiración por su salud, esperando por un milagro que se demoraba demasiado, rezando en cualquier formato y admirando la fortaleza de esa valiente mujer, Lilian, su madre. Tal vez fue cierta especie de instinto de supervivencia irracional y colectivo el que nos mantenía viva la esperanza, esa que desapareció definitivamente a media mañana del pasado jueves 4 de septiembre, el día en que este maravilloso músico creador de tanta belleza, el que supo ser popular y sofisticado a la vez, soltaba amarras. Era el momento exacto en el que su sueño terminaba, junto al de todos los que aprendimos a admirarlo incondicionalmente.- 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Sui Géneris y su multitudinario adiós

El 5 de septiembre se cumplen 40 años del recital que puso fin a la carrera de Sui Géneris. Habrá diversos festejos, inclusive fuera del país. Uno de los dos protagonistas principales fue Nito Mestre, junto a él recordamos el histórico evento, hablamos de su nuevo disco y próxima biografía.

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

A principios de los años '70 dos flacos de pelo largo que se hacían llamar Charly y Nito comenzaban a hacerse muy populares gracias a Sui Géneris, un dúo acústico que habían fundado en la secundaria y con el que facturaron canciones inmortales. No obstante, por diversos motivos, les había ganado el desánimo y a mediados de 1975 (siendo ya un cuarteto eléctrico que completaban Rinaldo Rafanelli y Juan Rodríguez) deciden poner fin a la banda. Jorge Álvarez, el productor pionero del rock local, los convence de que tenían que despedirse con un gran concierto y documentarlo con un álbum y una película. Así, inesperadamente, el acontecimiento alcanzó una dimensión tan grande que fueron dos conciertos consecutivos en el Estadio Luna Parkde Buenos Aires al que asistieron, en total, 30.000 personas y se transformó en el primer evento multitudinario del incipiente Rock en Castellano.
El próximo 5 de septiembre se cumplen 40 años del Adiós Sui Géneris y a Nito Mestre lo encuentra en la instancia, siempre vertiginosa, de organizar la logística de una nueva gira por Perú. Afortunadamente para el cronista, Nito es un entusiasta miembro de facebook y de muy buen grado se dispone a hacer un lugar en su ajustada agenda para contestar las preguntas que le envío. Hace algunos años, sin aniversario que lo justifique, le pregunté a Nito por el histórico recital y de acuerdo a su respuesta me quedé con la impresión de que no guardaba un grato recuerdo de aquella fecha. Hoy, y ante la efeméride tan significativa, ¿tendrá una evocación más amable de lo ocurrido? Send. Nito devuelve: “Mirá, me parece una fecha que fue y sigue siendo importante para el Rock Nacional, porque marca un antes y un después, a partir de ahí el rock empezó a convertirse en algo masivo, con la característica que mucha gente empezó a escuchar rock en castellano después de ese evento, entre otras muchas cosas. Yo me refería más bien a que no fue el último show de Sui para mí, y que tampoco fue el show más importante de mi carrera, tal vez por eso da la impresión que no guardo un grato recuerdo, pero no es así, simplemente tengo un recuerdo de algo importante, donde todo paso muy rápido”.

  Lo que en principio aparecía como un concierto de despedida y nada más, se trasformó en un acontecimiento de notable repercusión y transcendencia, con un álbum doble grabado en vivo, Adiós Sui Generis parte 1 y 2 (que se conseguían por separado); y con película propia (dirigida por Bebe Kamin) en la que Nito Mestre (voz, guitarra y flauta traversa) y Charly García (piano, teclados, sintetizadores, guitarra y voz) fueron los protagonistas centrales. ¿En qué momento tomaron verdadera conciencia de todo lo que habían generado?   “Yo creo que en parte ese mismo día caímos en la cuenta que era más importante de lo que habíamos pensado, cuando vimos en directo toda la gente que nos había ido a ver, y más cuando vi que salió en la tapa de un diario la foto del Luna y el titulo recalcaba la cantidad de gente que había ido. Pero el tiempo fue el encargado de aumentar su importancia”.

  Teniendo en cuenta que estábamos, aunque todavía no lo supiéramos, a escasos seis meses de un nuevo golpe de estado en el país, ¿cómo analizarías el contexto socio-político de aquellos días? ¿era favorable para realizar un evento así?   “Bueno, ¡no había alternativa! era eso o no hacer nada. El momento obviamente no era el mejor, teniendo en cuenta que existía La Triple A, y habiendo estado presos en el mes de agosto en Uruguay por cantar alguno de los temas que íbamos a cantar en el Luna. Pero ya estábamos embarcados, y hasta pusimos ese tema, Botas Locas, solamente en la segunda función por si acaso íbamos presos. Por suerte no hubo incidentes graves”.
  
  Fueron dos conciertos consecutivos y en la misma noche, ante una multitud absolutamente extasiada y enfervorizada, lo que dio lugar a la recordada frase de Charly (documentada en el disco y película): “Yo soy como una especie de Judas Iscariote”, cuando le pide al público que permanezcan sentados; para luego, a los del primer recital, pedirles (casi con pudor) que “se vayan” y así dejar ingresar a los del segundo turno, ¿qué podés agregar a esa anécdota?   “Bueno, esa fue la mayor presión que tuvimos durante el primer show, pero en mí aparecía a veces, ya que no podes estar cantando y a la vez pensando que hay otras 15000 personas afuera esperando, y con la cana (era otra época) cuidándolos. No fue fácil lidiar con esa circunstancia, por eso digo que todo pasó muy rápido, necesitaba concentración, cosa que por suerte logré, ya que encima estábamos grabando en un disco en vivo y se estaba filmando una película, de ahí que termine cansadísimo”.

  Tiempo después nos enterábamos que no había sido ese el último show de la banda, que habían seguido tocando juntos un tiempo más, así y todo no se rompió la magia que se generó esa noche.   “Después del Luna tocamos en Rosario y Córdoba el siguiente fin de semana; y al otro en Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, luego de este show sucedió el accidente donde se rompieron todos los instrumentos y decidimos terminar de una vez”.

  Se está convocando por redes sociales a una reunión celebratoria en el Planetariopara el sábado 5 de septiembre. A través de tu perfil manifestaste sorpresa, ¿te invitaron a participar? ¿qué vas a hacer ese sábado? ¿cómo lo pensás celebrar?   “Los eventos, ya que hay varios en el país y también en otros países, lo organizan los seguidores de Sui con los cuales tengo siempre contacto. La sorpresa fue de alegría. Yo estaré de gira por Perú, donde tengo 5 shows en esa semana, en Cusco y Lima, así que lo celebro cantando, que mejor manera, y por supuesto cantando temas de Suitambién, como lo vengo haciendo este año junto con los de Trip de Agosto (nota: su flamante disco solista) y otros de mi carrera”.-


La biografía y las carpetas perdidas 

Hace poco lanzaste, por la misma red social, una búsqueda desesperada de un par de carpetas/archivos personales con recortes y fotos inéditas de toda la trayectoria del dúo, que habías perdido durante los ensayos previos a los conciertos de despedida en el Luna. Y aunque parecía una utopía, ¡aparecieron! ¿Qué planes tenés para ese material? ¿verá la luz como un libro biográfico? tal como sucedió con las fotografías de Los Beatles encontradas accidentalmente por Ringo Starr. Nito: “Estamos preparando un libro, empezamos hace más de un año, mientras tanto estoy dando charlas donde cuento mi vida (infancia, cómo armamos Sui, Los Desconocidos de Siempre, el alcohol, la rehabilitación, mi carrera hoy, viajes, etc.), y de ahí juntamos más data para este libro. Que aparezcan estas carpetas fue bárbaro ¡un milagro! ya que ayudan a mi memoria, pero el libro va a tratar sobre toda mi vida, no solo lo de Sui. También estamos preparando una muestra itinerante (esto sí sólo sobre Sui), pero para el próximo año, si se dan las circunstancias”.


Trip de Agosto 

Al margen del ejercicio de memoria por la fecha que nos ocupa, hace poco Nito certificó su vigencia como solista con la edición de Trip de Agosto (editado por Acqua Records en noviembre de 2014), un nuevo disco con 12 canciones, entre nuevas y propias (la mayoría en coautoría con el músico puertorriqueño Eduardo Cautiño); un clásico del cancionero popular argentino (Barco quieto de María Elena Walsh); la bellísima versión castellana que registró de un tema firmado por Sting y Dominic Miller (La forma de tu corazón); y hasta la recreación de uno de sus grandes éxitos (Hoy tiré viejas hojas). En definitiva, una selección de origen variado pero unificada por el estilo folk-rock que siempre caracterizó a Nito, aunque en este caso con un tratamiento actualizado y hasta sofisticado, debido a los nuevos arreglos instrumentales. 
Sobre el nuevo material Nito se manifiesta con entusiasmo: “Estoy más que contento de haber grabado este disco -afirma- me encanta como esta, lo hice con la intención de poder escucharlo durante años, así que no tengo apuro en que se lo conozca, llevara su tiempo, pero cumple con el requisito fundamental de no ser un disco de “verano”. Por supuesto, lo presento en partes dentro del show, no soy de la idea de mostrar todo el disco junto, sino más bien, de tocar entre 5 o 6 temas que puedo ir cambiando”.-