miércoles, 18 de febrero de 2015

Andrés Calamaro: “Cosquín Rock me dejó feliz y satisfecho”

Andrés arremete con El Salmón  en CR15
En esta entrevista concretada a pocas horas de haberse bajado del escenario del Cosquín Rock, Calamaro comparte sensaciones tras su debut en el ciclo y habla de otros temas.

ENTREVISTA EXCLUSIVA

Por Néstor Pousa

El reciente Cosquín Rock que acaba de culminar será recordado por ser el primero en redondear un número inalcanzable de ediciones hasta ahora por cualquier otro festival de igual género en el país. Se tendrá también presente -amargamente- por haber coincidido en tiempo y (casi) espacio con uno de los diluvios históricamente más trágicos que haya padecido la provincia de Córdoba, precisamente en la zona de las Sierras Chicas. Afortunadamente, cuando se haga el balance final del que fue uno de los capítulos más atribulados de este ciclo inamovible, podremos coincidir que será difícil de igualar el brillante concierto que Andrés Calamaro ofreció en el cierre de la primera jornada, cuando todavía nada hacía presagiar el desenlace de las siguientes 72 horas.
Andrés era ansiosamente esperado en este rincón de las sierras cordobesas. En cada oportunidad que tenía o le consultaban, José Palazzo, factótum y alma mater del Cosquín Rock, manifestaba su anhelo de poder contar con el Salmón en la grilla de cada futura edición. Llegó un momento en que el asunto se transformó casi en una promesa de campaña por parte del hiperactivo productor de espectáculos de rock. Desde el 2005, año en el que Calamaro materializó el regreso a casa, musicalizado con el disco en directo con ese nombre (El regreso), fue que empezó a especularse con su presencia en el magno encuentro rockero. Pero a medida que el solista reinstalaba su carrera en el país, y entregaba cada vez más y mejores discos; parecía que el momento nunca llegaría. Hasta que en 2015 los planetas se alinearon. ¿Por qué durante tantas temporadas no, y ahora sí?
“Supongo que fue por una serie de motivos”, empieza a develar el misterio Andrés mediante una ciber-entrevista consumada por mail a pocas horas de bajarse del escenario en Santa María de Punilla. “En anteriores temporadas estábamos viviendo y ensayando en Madrid, veníamos a hacer una serie de conciertos más concentrados, quizás era complicado estirarse hasta febrero. En este momento de mi andadura tampoco sumo todas las fechas posibles, armamos gira, elegimos dentro de lo posible y nos repartimos entre América, España y Argentina. Con Palazzo estamos haciendo Córdoba desde hace cinco años. No es que me haya negado a venir a Cosquín, pero por diversidad de causas y consecuencias fueron sumándose los años de racha de festivales ausentes”, completa.

   -A tanta expectativa le devolviste un show antológico (ver: Tema x tema), emotivo e inolvidable. Pero ¿cuál fue tu sensación? ¿Cosquín Rock era lo que te habían contado?   “Yo también vine con mucha expectativa, con responsabilidad, en tres días tocan muchas bandas (medianas y grandes) de todos los géneros, algunos dan cátedra de rock bueno y otros además tienen público fiel que les acompaña masivamente. Nosotros siempre queremos ofrecer el mejor concierto posible. Eso es una suma de expectativas y responsabilidad. Como sea, el CR15 me dejó perfectamente feliz y satisfecho: celebramos entrañables encuentros con amigos y camaradas de siempre, y también recibí la amistad y el respeto de otros camaradas que no conocía personalmente. El público estuvo bien y nosotros tuvimos buenas sensaciones en el escenario, que es lo más importante”.

   -Dejando de lado las enormes diferencias ¿crees que Cosquín Rock conserva algo de la mística del Festival de Rock de La Falda?   
“Aquellos eran buenos festivales y había lindas concentraciones de amigos y compañeros. Pero también había complicaciones, el público reaccionaba de forma más inestable. Algunos personajes ya no están, pero Cosquín Rock es muy grande, es un gran festival que involucra mayoría de grupos locales, o invitados de “espíritu local”, un gran festival de rock en este idioma.  Quizás no están todos, pero están muchos”.

   -Tuviste oportunidad de tocar en aquel ciclo a principios de los 80, y creo que no guardás un buen recuerdo de él, aun así ¿no te parece que tuvo una enorme trascendencia en la difusión del Rock en una época particularmente difícil?
“Mis recuerdos son muy buenos, pero fueron situaciones dignas de remontarse… El primero con Los Abuelos fue complicado, recibimos una reacción muy adversa que dimos vuelta con el… ¡solo de batería! También recuerdo un rechazo bastante exagerado para Horacio Fontova porque cantó una chacarera… Y una que suspendimos por vandalismo e invasión del escenario. Pero son cosas que ya hace tiempo recordamos con alegría. La Falda fue importante, sin dudas… En los ochenta había una buena atmósfera creativa, y en términos más “logísticos” el rock aprendió bastante y salió de una zona gris propia de la realidad social y política en nuestro país en la segunda mitad de los años setenta hacia los ochenta”.

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"Si están de pie, tomando cerveza y tocamos El Salmón, van a cantar con nosotros".
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Andrés en alta definición
   -Con la edición simultanea de Jamón del medio y Pura sangre quedaron claramente expuestas las diferencias entre el público ibérico (con un rol más pasivo) y el argentino (fervorosos y con ansias de ser parte del show), ¿de qué forma afectan al intérprete ambos estilos de audiencia?
“No es tan definitivo el registro en el sonido del disco; quisimos hacer un disco en vivo con buen sonido español; allá me rechazaron todos los discos posteriores a Honestidad Brutal, siempre le encuentran defectos. El Regreso no gustó porque se escuchaba demasiado al público. Tampoco tengo problema en ofrecer un VIVO con un buen sonido cristalino… pero allá tenemos público muy encendido si se dan las condiciones; si están de pie y pueden tomar cerveza, entonces son entusiastas y hacen ruido. En La Riviera de Madrid, en el RAZZ de Barcelona, siempre celebramos conciertos con buen clima de euforia. También tenemos público caliente en América, y también hay lugares de Argentina con audiencias más amargas. Tampoco es importante decir cuales son. El público reacciona según la canción y la naturaleza del lugar y el evento: si están de pie, tomando cerveza y tocamos El Salmón, van a cantar con nosotros”.

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"La marcha del Flaco me despertó una serie de sensaciones y actitudes apocalípticas".
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   -Tenés en tu banda a dos músicos que acompañaron al Flaco en su última etapa; le compusiste una hermosa canción (Belgrano); sirva esta introducción para preguntarte como está tu corazón a 3 años ya, de su ausencia física.
“La marcha del Flaco fue un episodio vital negativo, a mí me despertó una serie de sensaciones y actitudes apocalípticas. De una forma simbólica lo confesamos en la película Bohemia, de Leo Damario. Pasó el tiempo y seguimos perdiendo artistas muy queridos. Sin ellos el mundo no es el mismo”.

   -Le dedicas Los chicos “a los amigos que se fueron primero”, pero ¿nunca tocás Belgrano en los vivos?
“Bueno, la ensayamos. La podemos tocar. Hacemos un balance de canciones de Bohemio, de canciones “obligadas” y siempre modificamos un poco el repertorio, pero Belgrano no la estrenamos fuera de la sala de ensayo. De momento no”.

   -En el 2000 te empezaron a llamar Salmón por esa canción, ¿con cuál de las nuevas te gustaría que te identifiquen actualmente?
Bohemio es una invitación a un nuevo status contracultural. Quizás demasiado evidente”.

   -En La Falda se acaba de rebautizar una calle con el nombre de Norberto “Pappo” Napolitano. Algunos dicen que los homenajes hay que hacerlos en vida, ¿te halagaría que hoy hubiera una calle con tu nombre?  
“Nunca lo había pensado. Creo que Buenos Aires debería cambiar el nombre de algunas calles y ofrecerlas a nuestros héroes de la música; en el centro necesitamos una calle para Aníbal Troilo y una esquina para Gardel y Le Pera (es mi eterno proyecto urbanístico)”. 

   -¿Hay Andrés para rato en Cosquín Rock? o como dijiste en El regreso ¿nos volveremos a ver en 2016?
“Es posible. De momento vamos a presentarnos en Bogotá, en un festival de alto nivel internacional. Después tengo otras historias relacionadas con el cine, la literatura y la tauromaquia. En la segunda mitad del año volvemos a las armas”.-

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